El valor del Tiempo.

¿Tenemos tiempo libre? ¿Sabemos exactamente qué es? ¿Somos conscientes del valor del tiempo? ¿En que lo empleamos? ¿Tenemos algo de tiempo para descansar? ¿Nos dedicamos tiempo a nosotros? ¿Necesitamos más? ¿Realmente el tiempo nos hace ser felices?

Alguna vez, seguro que hemos llegado a pensar algunas de estas preguntas. Y por mucho que le demos vueltas, nos cansaríamos de llegar siempre a la misma respuesta, o simplemente no encontrarla, quedarnos como en una calle sin salida y bloquearnos al final, sin mirar la forma de llegar a cruzar el obstáculo que nos separa de la respuesta que queremos conocer, o por el contrario atravesarlo y no encontrar nada, estar aún más vacíos que antes o incluso plantearnos más dudas.

El ser humano cree conocer la importancia del tiempo, pensamos que podemos administrarlo a nuestro antojo y manipularlo a nuestra conveniencia, sin saber que realmente lo que nos hace importantes es no pensar en cuanto tiempo tenemos, sino cuidar lo único que no se recupera jamás.

A lo largo de la Historia la ciencia y la tecnología han luchado para intentar alargar la vida. Pensar en un futuro que cada vez decimos tener más cerca, pero lo único que nos hace es malgastar el tiempo, en buscar una respuesta perfecta que todos queremos saber, pero lamentablemente, es imposible. No existe nada que nos diga que el tiempo es así por alguna razón en concreto, qué nos diga cuanto tenemos o cuento nos queda. Simplemente es así y viviremos con la duda del por qué.A día de hoy, escuchamos con bastante frecuencia las expresiones “no me da tiempo”, “es una pérdida de tiempo” o “no tengo tiempo”, en ocasiones en las que quizás lo único que necesitamos es un mínimo de interés por parte de esa persona, un apoyo o simplemente un consejo, y al vernos sin eso, queremos ir a los mejores especialistas para que nos escuchen y nos “dediquen su tiempo”, cuando realmente lo que están haciendo es su trabajo, no nos regalan nada de su tiempo en el que no hacen nada, eso que denominamos “tempo libre”. Cada vez hay más niños que se preocupan más por lo que puedan encontrar en una consola, un móvil o los cotilleos de la tele, antes que lo que se puede encontrar a través de las personas y eso es el grave error que cometemos frecuentemente. Y aun peor es darnos cuenta de ello y “querer cambiar” de repente, hacer “como si nada”, como que todavía tenemos mucho tiempo. Intentamos maquillar lo que hemos perdido, pero la realidad es que el tiempo nos ha consumido, y se ha llevado lo que no recuperaremos más, quizás nuestros mejores amigos, o aquellas personas a las que les dijimos alguna vez “no tengo tiempo” y ahora pretendemos que ellas lo tengan para nosotros.Y, para terminar, como decía al principio, nos planteamos muchas preguntas, intentamos resolverlas y ahí nos quedamos, y pienso. ¿Y si la respuesta sea otra pregunta? ¿Y si perdemos el tiempo intentando saber qué es, cuando la respuesta la tenemos nosotros mismos? Creo que es mejor no darle más vueltas y centrarnos en lo realmente vale la pena, en lo que de verdad se necesita conocer, nuestra vida, nuestro entorno, pero ante todo a nosotros mismos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           Rosa M. García Montañez


Comentarios

  1. 1. ¿Comprende el tema y los problemas sobre los que escribe?
    El trabajo muestra un conocimiento aún muy básico del tema y un desarrollo todavía incipiente de sus diversos aspectos e ideas. No se aprecia una verdadera asimilación crítica del mismo.
    2. ¿Aporta argumentos y no solo hace afirmaciones?
    El trabajo es un intento de elaboración propia, pero escasean los argumentos o estos son poco sólidos. No hay referencias, a fuentes de información de reconocido prestigio
    3. ¿Las ideas se desarrollan en base a una estructura narrativa bien organizada?
    La presentación de las ideas no sigue una secuencia lógica
    4. ¿Usa una prosa sencilla fácil de leer y de comprender? La prosa es clara sin ser brillante (ojo al uso de los signos de puntuación).Se hace uso muy limitado del vocabulario filosófico específico del tema tratado.
    5. ¿El trabajo contiene ejemplos y metáforas?
    Los ejemplos utilizados están relacionados con las tesis o ideas del texto pero no tienen demasiado peso como apoyo de éstas.
    6. ¿Presenta con claridad y exactitud las ideas de otr@s filosof@s?
    No hay referencias explícitas a ninguna filósofa ni a ningún filósofo o éstas son irrelevantes respecto a la tesis defendida o a los argumentos aportados

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Descartes- c. texto discurso del método II

que extraños prisioneros

preguntas sobre la película "Mejor imposible"